El Intendente

La ruta era una serpiente negra y dura que se extendia por el medio del pueblo dividiéndolo en dos partes, tan iguales como diferentes.

En ella nacían y morían, hacia un lado y otro, las calles que llevaban a lo profundo de los barrios que crecian lento pero sin pausa.

En un punto que con el pasar del tiempo, se transformaria en neuralgico y estrategico para el recurrir de sus habitantes, esa ruta se cruzaba perpendicularmente con las vias del tren.

Estas dos líneas, en aquel extendido territorio de incipiente poblacion, eran las unicas referencias precisas que permitian la orientación, para llegar a todas partes en aquel pueblo que recien empezaba a alumbrar. El resto eran cuestiones relativas: El primer arroyo, la calle negra, la casa rosada, el segundo Ombú, etc

Los vecinos se fueron dando cuenta que tendrían que hacer muchas cosas por si mismos, si querian mejorar las condiciones del lugar donde vivian. El cuneteo de las calles para que no se inunden con las lluvias, las veredas para poder llegar en condiciones dignas a tomar el tren o el colectivo, alguna luminaria que diera un poco de seguridad aun en aquellas epocas.

Comprendieron la utilidad de que sus calles tuvieran al menos un nombre y en el mejor de los casos un número, de a poco por necesidad o por voluntad, fueron dando forma a la Sociedad de Fomento.

No faltó el puntero politico que se acercó ofreciendo la colaboracion del municipio.

Con avances y retrocesos, como un reflejo de la vida de cada uno de aquellos trabajadores pioneros de ese pueblo, las cosas se fueron haciendo.

Llegó la epoca de elecciones y con mucho tacto, pero sin regalar nada, el puntero salió a cosechar lo sembrado.

Vecinos – dijo en una reunion de la sociedad de fomento – En este tiempo que estamos trabajando en conjunto con la delegacion y el municipio hemos hecho muchas cosas, es cierto que falta mucho todavia, pero tambien es cierto que no podemos dejar que todo este trabajo pase desapercibido. Las veredas, las cunetas, los cruces de calle, todo lo hicimos juntos, los vecinos y el municipio y ahora debemos darle forma, vamos a inaugurar todo eso para que nadie se apropie de nuestro trabajo. Esto lo hicimos entre todos, eso tiene que quedar claro.

El Intendente en persona me pidió que organicemos un acto, una fiesta del barrio, donde le vamos a poner el nombre a todas las calles de este barrio y me pidio expresamente que los nombres los eligan ustedes y que como corresponde el Concejo Deliberante aprobara las ordenanzas pertinentes, para formalizar esos nombres. El municipio se hara cargo de los gastos que resulten de construir toda la carteleria necesaria. Nuesto barrio tendrá el nombre de las calles en cada esquina, como si fuera la mismisima Buenos Aires.

El acuerdo fue inmediato y quedó rubricado con un aplauso que cerrro la reunion de la Sociedad de Fomento.

El problema era buscar los nombres, no terminaban de ponerse de acuerdo pero al final, el listado fue aprobado en asamblea y elevado al Honorable Concejo Deliberante, para que aprobara la Ordenanza correspondiente. Habia de todo entre los nombres, fechas patrias, nombres de las provincias de las cuales eran originarios algunos de los vecinos que vivian en esas calles, proceres de nuestra historia, algun viejo vecino del Barrio, etc.

Mientras en la carpinteria de un vecino, se terminaban de armar los postes y las tablas que servirian para colocar el nombre de las calles en cada esquina del barrio, como se habia prometido. Puntales de quebracho, donado por el ferrocarril provenientes del rezago de durmientes fuera de uso. Algunas palmeras conseguidas en los depositos de Segba. la vieja empresa estatal de elecricidad. Tablas de pinotea que donó un viejo vecino, dueño de una casa de venta de articulos de demolicion, en la localidad cabecera del distrito, que tenia buenas migas con el intendente y aspiraba a un lugar en la lista de candidatos a Concejales en las proximas y cercanas elecciones.

Todo cuidadosamente pintado y fileteado por uno de los vecinos que donó su trabajo y solo cobró el material, pagado por el intendente de su bolsillo.

Llego el dia de la fiesta, un esplendido domingo de septiembre, con la primavera adelantada y un sol que acariciaba el esfuerzo de todos.

En el terreno de la Sociedad de Fomento se levantó un improvisado escenario con el acoplado de un camión del corralón mas grande de la zona, conseguido gracias a los contactos de un concejal oficialista, estaba todo el barrio por supuesto, pero tambien mucha gente de los otros barrios del pueblo y de pueblos vecinos. Gente de todo el distrito se dio cita en aquella fiesta, que sin que nadie lo dijera y quizas sin que nadie lo pretendiera, se transformó en un acto politico.

Los vecinos, los colegios con sus delegaciones, entidades intermedias, la iglesia, los Bomberos, representantes de la prefectura, el gabinete completo, con el Intendente a la cabeza y todos los funcionarios.

Primero hablo el puntero, hizo referencia a los vecinos, a la socieda de Fomento y por supuesto al intendente y el municipio.

Después fue el turno del cura, que bendijo simbolicamente las obras, luego el presidente de la Sociedad de Fomento que tambien hablo de los vecinos, de la Sociedad de Fomento, del Intendente y del municipio.

Estaba linda la fiesta, había chococolate, tortitas dulces y mas tarde habria empanadas gaseosas y algun vinito por supuesto.

Pero antes hablaria el intendente.

El Intendente era un hombre de aspecto cuidado y esa mañana se veía imponente. Sus cabellos rubio cenizas le caian sobre el rostro de palidez delicada, como una porcelana, sus mano prolijas y afinadas alisaban el pelo movido por la brisa primaveral, si bien el sol ya calentaba la mañana, portaba un sobretodo color crema, sobre un sueter al tono, pantalones grises de franela y botas negras.

Tomo el microfono del precario equipo de audio y el mismo emitio un chillido que taladro los oidos.

El Intendente no se inmuto y sonrio con gesto indulgente.

Se paró frente a la muchedumbre y la contempló en silencio,.

Tenia aspiraciones el Intendente, si bien le quedaban dos años de mandato, la posibilidad de una banca en la legislatura provincial lo tenia ocupado en concretarla,. Se sentia seguro y ese acto lo esperanzaba, no por el acto en si, en ese barrio perdido de su distrito, sino porque habia podido juntar alli a todos los sectores de su partido.

La unidad es un hecho pensó, mientras miraba sin ver a esa gente que lo contemplaba desde alli abajo y no era todo, a su lado, bien cerca suyo el Diputado Nacional, habia postergado un viaje importante para dar una señal que el agradecia.

Se sentia feliz el intendente. Que me van a decir ahora pensaba para si mientras fijaba sus ojos claros en esa muchedumbre anónima. La gente lo miraba atentamente los hombres con el respeto que solo algunos imponen, las mujeres fascinadas al borde del enamoramiento, era atractivo el intendente y en ese momento su atracción se agigantaba, por esa indefinible quimica, que irradian las personas seguras de si mismas.     Empezo a hablar con voz suave pero firme, habló del barrio, de los vecinos, de la Sociedad de Fomento, del municipio y del Intendente.

- Este Intendente que es uno de ustedes y que los acompaño y los va a acompañar siempre en sus luchas en sus logros pero tambien cuando nos toquen los malos momentos, porque asi debe ser.

Los aplausos lo interrumpen, espera satisfecho, disfruta el momento ...

- Porque asi debe ser, porque ademas de un Intendente ustedes tienen aquí a un amigo...

Otra vez los aplausos, se entusiasma el intendente, a su lado el Diputado lo mira con gesto de aprobacion

Hoy estamos aca para inaugurar estas obras que ustedes han realizado.

- Se esfuerza en resaltar el ustedes

 - y que conocen mejor que yo, las cunetas, las veredas, los cruces de calles, las luminarias que puedo agregar yo.

-  Se desborda el Intendente, se siente dueño de la situacion, sabe que hay un mar de distancia entre el y esa muchedumbre, le complace esa situacion, se siente poderoso, dominante, se siente dueño y señor de todo ese momento y arriesga el Intendente, hace un lado el discurso escrito a maquina,. Mira otra vez a los anonimos como desde la meseta se mira el llano y pide con falsa modestia calculada,