Los Reyes
Al loco Reyes lo conocía todo el mundo en el pueblo.
La mayoría lo llamaba así, El loco reyes.
Otros simplemente le decían Reyes y muchos lo nombraban el cartero.
Reyes era su apellido paterno.
Loco era su condición mental, según los parámetros establecidos y cartero era su oficio.
Orgulloso empleado de el viejo Correo Argentino, lo fue hasta el último de sus días. La muerte lo atrapó arriba de su bicicleta azul y blanca volviendo a su casa, después de una jornada de trabajo, cuando un camión le pasó por encima
A Reyes no le fue bien en la vida, se había casado con una mujer sin demasiadas luces y la combinación de genes fuera de línea dio como resultado una prole desquiciada.
Tuvo cinco hijos, tres varones y dos mujeres.
Hay quienes dicen que hubo un hijo mayor, que fue sacado de su casa por la policía, porque en medio de una ataque de paranoia intento matar a toda su familia, aunque solo consiguió colgar del enorme sauce, que cubría el frente de la casa, el perro galgo de su padre.
El pobre animal estuvo colgado durante más de cuatro horas, hasta que uno de los vecinos que se había acercado a la casa en medio del alboroto, le corto la soga del cuello.
El animal cayó al piso con un golpe seco y ahí quedó, todos pensaron que estaba muerto y se fueron del lugar, nunca mas nadie, vio a aquel perro, pero algunos vecinos de los fondos del pueblo, aseguran que lo vieron pasar corriendo a toda la velocidad que su naturaleza le permitía, hasta perderse en el montecito cercano al arroyo.
De los cinco hijos que se criaron con reyes y su mujer, de la chicas poco se sabe, se presume que algún pariente se las llevó compadecido por las condiciones de promiscuidad en que vivían.
Los tres varones juntos no sumaban una neurona que funcionara bien .
El mayor se llamaba Pedro y todos le decían Pilo.
El del medio se llamaba Gregorio. Gregory, era el mas violento de todos. A los doce años, desde el hospital del pueblo, lo derivaron a un instituto psiquiátrico de donde se escapo cuantas veces pudo. La última, apareció en su casa a las 3 de la mañana, simplemente dijo me escapé y me vine, no me pregunten como. Nadie le preguntó y nunca más volvió al psiquiátrico.
El mas chico de los Reyes se llamaba Miguel y le decían Lito. Si bien no era violento como Gregory su condición mental era la mas grave de todas, le costaba mucho razonar y estaba muy cerca de un cuadro de oligofrenia. Retraído, huidizo, casi no hablaba y miraba siempre de soslayo como atemorizado.
Dentro de este cuadro familiar, Pilo parecía el mas normal, trabajaba en lo que podía y su imagen era apacible. Pero dos duros golpes quebraron su frágil equilibrio mental y lo condujeron por el atajo perverso del alcohol, a la locura total.
Primero la madre, agobiada por tantas desgracias, se fue de la casa con un extraño que solía vender hielo en barras en un carro.
Al poco tiempo Reyes sufre su accidente mortal y los tres hermanos quedan abandonados a la gracia de su mala estrella, no pudiendo contar siquiera con la desvaída imagen paterna, ni su magro sueldo.
Su casa se convirtió definitivamente en una tapera y refugio de malandras de todo tipo.
Los tres hermanos Reyes corroídos por el alcohol, se transformaron en una pesadilla para los vecinos, que debían soportar escándalos de proporciones a cualquier hora del día o de la noche en la casa del viejo empleado de correos.
Allí solían parar, cafishios, arrebatadores, pungas, prostitutas, que utilizaban la tapera de amoblada, haciendo un lugar entre la mugre y las inmundicias.
Las trifulcas que se solían armar en el lugar podían terminar con tiros, gritos, palos, corridas, policías o cualquier cosa que se le parezca.
Hasta que un día, nadie sabe como, pero muchos lo sospechan, la tapera se prendió fuego.
Eran las siete de una fría tarde noche de Julio, los vecinos se asomaron a curosear, Pilo y Gregory llegaron de repente, cuando ya casi nada quedaba de la casa.
No hubo forma de detener al mayor de los hermanos Reyes, se metió en medio del esqueleto humeante de la casa y al poco tiempo salio envuelto en llamas y arrastrando de los pies el cuerpo calcinado de su hermano menor.
El horror y el espanto paralizaron a los curiosos, algunas mujeres se desmayaron y algunos hombres vomitaron. Pilo se revolcó en la calle para apagar el fuego que le quemaba las ropas. Cargo el cuerpo carbonizado de su hermano en una carretilla vieja y salió corriendo.
Regreso a los cuatro días, estaba exhausto lleno de llagas infectadas, nunca mas dijo nada coherente, nunca nadie supo que pasó aquella terrible noche ni que hizo con el cadaver de su hermano.
Gregory murió poco después, atropellado por un tren y Pilo es una sombra errante que murmura incoherencias, como un estigma eterno de los Reyes.